jueves, 21 de junio de 2018

Perspectiva interior con gente Paul Klee /1921

Perspectiva Interior con Gente//Paul Klee// 1921//

“Las cosas se presentan en un sentido ampliado y diverso, a menudo contradiciendo en apariencia la experiencia racional de ayer.”

Paul Klee

En su Primer manifiesto del surrealismo, de 1924,André Bretón citaba una lista de poetas y escritores que, en su opinión se aproximaban al surrealismo. Sólo en una pequeña nota aludía Bretón a artistas plásticos, entre ellos, junto a distintos pintores modernos y de épocas pasadas, a Paul Klee. De hecho, Klee expuso en 1925 en la galería Pierre de París con los surrealistas, Hans Arp, Pablo Picasso, Man Ray y Pierre Roy. En aquella ocasión, Klee no seleccionó ninguna de sus obras del momento, sino que presentó dos acuarelas pintadas en 1920 en el contexto de su recepción de DE Chirico. La primera de estas dos láminas, Perspectiva Interior con gente, se reprodujo en el catálogo dre la exposición de París y significativamente fue designada con el nombre nuevo de Sala espiritista.El nuevo título no sólo se adecuaba más al mundo imaginativo surrealista que el lacónico “epígrafe” concebido por Klee para la obra, sino que eras más acorde con el espacio sombreado y representado con una extrema reducción perspectivista en cuyas líneas de fuga se fijaban sin apoyo alguno varias figuras. El prólogo del catálogo, escrito por André Bretón y Robert Desnos, facilitaba en un estilo entre asociativo y poético un nuevo acceso al cuadro, cuyo angustiante carácter de túnel se interpretaba como la abertura a una montaña: “En la lejanía un hombre se dispone  a escalar una montaña”. Actualmente es muy difícil saber hasta qué punto Klee estaba de acuerdo con esa interpretación de su pintura. Lo cierto es que por aquellas fechas hizo un esfuerzo para relacionar  su obra con concepciones distintas a las tendencias constructivistas y funcionales que se imponían en la Bauhaus de Dessau, donde entonces daba clases. Klee se propondría dotar a su arte de un espacio más amplio y liberar al espectador de la banalidad de una realidad que para él constituía simplemente la superficie de infinitos mundos ocultos tras ella. Se acercó a las concepciones surrealistas con la intención, profundamente romántica, de reflejar las ideas “verdaderas” subyacentes tras las cosas visibles.
            Las variaciones perspectivistas de Klee constituyen toda una serie de láminas concebidas de manera similar a principios de la década de 1920 y dirigen la mirada hacia los espacios enigmáticos. Como a través de la boca de un túnel, divisamos un espacio que se prolonga infinitamente hacia el fondo, y en el que las paredes, el techo y el suelo están cubiertos por líneas de fuga. En esta estructura, que deja de ser una construcción auxiliar para el artista y se convierte en reja y en red, las personas, los muebles y los objetos quedan atrapados como en una telaraña. Klee descubrió las obras de De Chirico en 1919 a través de Max Ernst, que le visitó en Múnich. Habían aparecido en la revista Valori plastici y fueron, sin duda, una fuente de inspiración muy importante para sus experimentos perspectivistas.

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