“Un objeto hace suponer que detrás
de él hay otros”
René Magritte
La llave de los sueños René Magritte |
René Magritte pintó la serie La
llave de los sueños, que desempeña en su obra una función especial y al
mismo tiempo central, entre 1927 y 1930.La idea de lo misterioso, de lo
indecible, de lo innombrable, presente de una manera decisiva sobre todo en los
paisajes del pintor, se trata en los cuadros con texto en un plano mucho más
intelectual. No obstante al principio estos cuadros dan la impresión de ser
simples y banales, como lo revela la descripción de la obra que se muestra.
Así, la pintura La llave de los sueños aparece en forma de composición estructurada
en cuatro partes iguales por un marco de ventana pintado. En cada uno de los
cuartos-éstos producen el efecto de pequeñas pizarras-,Magritte pintó un objeto
que parece extraordinariamente realista
y con una caligrafía de escolar escribió bajo el mismo un título que sólo es un
caso-(esponja)-corresponde al nombre habitual; los tres objetos restantes se
designan con un nombre falso. A una bolsa se le da el nombre de (el cielo),
bajo una navaja abierta se escribe (El pájaro) y finalmente una hoja se
denomina (La mesa).
Frente al cuadro, que despierta
asociaciones con una pizarra llena de rasgos
esmeradamente trazados o con las representaciones precisas de una
enciclopedia, el espectador pensaría que estas designaciones equivocadas son
errores, si no fuera por la relación correcta entre “L´ésponge” y la esponja
pintada. Se quiebra el principio de coordinación “falsa”, de forma que
involuntariamente se acude a una nueva estructura articulatoria. La fractura
del sistema, la fina grieta aparecida en lo normal y habitual, provoca la
reflexión previsto por el pintor.
Ya durante su estancia en París,
Magritte tuvo mucho interés en fundamentar teóricamente la relación entre la
palabra, el cuadro y el objeto, y establecerla como tema del arte plástico. En
su obra pictórica, este interés quedó reflejado en las numerosas variantes de
los cuadros con texto de aquellas fechas. En el plano teórico, Magritte dio a
conocer el resultado de sus reflexiones en su primera colaboración con la
revista La Revolution surréaliste en el mismo número que incluía el
Segundo manifiesto de André Bretón. En
esta ocasión presentó sucesivamente dieciocho proposiciones, cada una de ellas
ilustrada con su cuadro correspondiente, sobre la relación existente entre la
palabra y la imagen. Hacían la diferencia entre lenguaje verbal y lenguaje
plástico que, como dice en una carta a Camille Goemans, es una condición del
espíritu: “Señalándolas, las diferencias entre las palabras y las cosas, entre
el espíritu, nuestro cuerpo y nuestras ideas, se agrandarán. PERO PARA VERLAS;
TENEMOS QUE ESTAR ALLí. Negarlas significa negar el espíritu”.
De las dieciocho proposiciones de
Magritte se deduce que un objeto, “su” imagen(esto es, la atribuida por las
convención) y “su” designación lingüística(atribuida por otra convención)
desempeñan en la realidad funciones distintas. Conociendo estas
diferencias-que, por otra parte, significan autonomía e igualdad de derechos-, una
palabra o una imagen pueden ocupar el
lugar de un objeto, remitir a un elemento de la realidad. Esto sucede a través
de la evocación selectiva de una image mentale (imagen mental).No
obstante, las palabras y las imágenes pueden responder sólo de sí mismas y no
remitir a nada fuera de bellas. Su significación dependerá por tanto de su uso
y de su combinación.
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