Max Ernst // Celebes 1921
Paul Eluard compró a Max Ernst, a quien acababa de
conocer y visitar en Colonia, el cuadro Celebes en 1921.Aquella fue la
primera de una serie de obras que Eluard adquiriría a su amigo; asimismo Ernst
decoró con murales la casa que Eluard poseía en Eaubonne.
Celebes
es un cuadro pintado en Colonia y traslada a la pintura el principio del collage
de papel. Los diversos elementos de la composición no se presentan como
recortes de diferentes libros, diccionarios o catálogos, sino que el principio
del collage,
la conjunción de lo no ajustado, lo contradictorio y lo heterogéneo se
transporta a una pintura ilusionista que simula los diferentes materiales. El
efecto “realista” del cuadro radica precisamente en el efecto “alucinatorio”
intentado por el pintor, que Max Ernst relaciona con el collage, como se
desprende de forma unívoca de un pasaje de sus apuntes autobiográficos: “Un día
de lluvia, en Colonia, junto al Rin, me llamó la atención el catálogo de una
casa de material pedagógico. Encontré anuncios de modelos de todo tipo:
matemáticos, geométricos, antropológicos, zoológicos, botánicos, anatómicos,
mineralógicos, paleontológicos y así sucesivamente. Eran elementos tan
diferentes entre sí que lo absurdo de su agrupación introducía el desconcierto
en la visión y en el sentido, provocaba alucinaciones y dotaba de
significaciones nuevas y rápidamente crecientes a los objetos representados. De
pronto sentí que mi capacidad visual se
desarrolló tanto que vi aparecer los objetos recién creados sobre un fondo
nuevo. Para consolidar este fondo, fueron suficientes un poco de color, algunas
líneas, un horizonte, un desierto, un cielo, un tablado y pocas cosas más. Así
quedaba fijada mi alucinación”(1919).
En el caso de Celebes, el “nuevo fondo” fue el
primer indicio de una realidad nueva y distinta. La monstruosa figura se
encuentra en un espacio que sólo una contemplación más detenida identifica como
un paisaje subacuático; en el hipotético cielo se mueven dos peces ante un
fondo que a su vez resulta enigmático, pues presenta orificios atravesados por
un cable. Ahora bien, todo esto es lo que menos induce a la confusión. El
animal representado recuerda a un elefante sólo por su cuerpo redondo y por su
tubo rígido. En realidad se trata de un aparato cuyo modelo encontró Max Ernst
en una revista de antropología, donde vio reproducido un granero del que recogió
sus formas simples y redondeadas, y completó con una trompa provista de un puño
a la que dotó de una cabeza con cuernos y colmillos.
El nombre del monstruo hace referencia a unos versos
narrativos con connotaciones sexuales que Max Ernst memorizó en sus años
escolares. En este contexto, la torre de la derecha del cuadro, que recuerda a
De Chirico, se interpreta como un símbolo fálico. También podría darse una
explicación mitológica de la presencia de la mujer desnuda, según la cual Max
Ernst quizá quisiera aludir al rapto de Europa llevado a cabo por Zeus, padre
de los dioses, disfrazado de toro. Es posible que el pintor añadiera al final
de la trompa del elefante la cabeza con cuernos en referencia a este mito.
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